Todos alguna vez hemos visto series como CSI o Mentes Criminales. De hecho, muchos criminólogos de mi generación seguro que nos hemos visto abducidos por estas series o similares, siendo la semilla que nos hizo buscar estudios relacionados con la seguridad y el estudio del delito. Una vez empiezas a estudiar, te das cuenta de la amplitud y profundidad de los estudios criminólogicos y de las múltiples aplicaciones que tiene para la sociedad.
No obstante, una inmensa mayoría de la población que se quedó viendo las aventuras de David Caruso como el teniente Horatio o los perfiles psicológicos de los asesinos de ‘Mentes Criminales’ y no fue más allá, relaciona todo aquello que empieza por »crimi» introduciéndolo en el mismo cajón de sastre que acaba llamándose ‘Criminología’, ‘Criminalística’ o simplemente ‘Policía’ de forma érronea.